«Nosotras padecemos una doble discriminación, la machista y la racista»
Todas y cada una de las mujeres que ayer aguardaban la salida de la manifestación feminista desde la plaza de El Bibio tenían mucho que reivindicar. Pero Fatimetu Bechri Cori y Nama Mohamed Cori lo hicieron por partida doble. «Deseamos llamar la atención sobre las mujeres, por norma general , pero también y de forma muy especial sobre las mujeres saharauis». De ahí que , este año repiten en la marcha, con las mismas pancartas y proclamas.
«Nosotros somos asilados y eso nos pone en una situación singularmente sensible», comentan ambas mujeres, de 42 y 29 años. Fatimetu transporta ya una década en Asturias y Nama, 7 años. Aún no se han habituado a que las miren «extraño » por la calle. No es que el racismo, explican , tenga género. «Pero nosotras somos mucho más visibles , por el pañuelo», así que lo sufren más. «En el momento en que preguntas por una calle, nadie sabe nunca nada y se van prácticamente sin dirigirte la palabra. Cuando vas al autoservicio , te vigilan por el hecho de que suponen que vas a robar algo», lamentan.
Desde la plaza de toros de Gijón hablan orgullosas de su pueblo: «Hay mujeres fuertes administrando los campamentos, hay mujeres policías, maestras, médicas. La mujer siempre tiene derechos».
Y defenderlos es lo que las llevó ayer a la calle. «La vida no nos ha hecho desiguales. Somos todos iguales y hay que demostrarlo ».
«Seré lo que yo quiera ser. Seré bombera». El letrero que llevaba con el puño bien cerrado, no fuese a desplomarse , Marina Martínez, de cinco años, era una declaración de intenciones. Como el de su amiga, de la misma y tierna edad, Cora Rodríguez, que a propósito aspira a ser veterinaria. Si bien el suyo ocultaba en la ortografía una doble intención: «Libre-cabeza ». Independencia de cabeza , pues , para estas pequeñas ovetenses que tenían clarísimo para qué exactamente habían acudido a la manifestación gijonesa: «¡Para protestar!». Estas alumnas de tercero de Infantil precisaron solo un poco de ayuda de sus mamás para llenar la reivindicación. ¿Para protestar por qué razón? «¡ Por nuestros derechos!», se apuraron a responder. Las adultas que las acompañaban sabían que hay bastante de educativo en su participación. «Lo hacemos para que se empapen. Pues esta pelea es por nuestro presente y por su futuro ».
A su lado, Vera Marín, de primero de la ESO, analizaba con madurez la cita: «Tenemos que ir continuando de a poco ». Aún queda por hacer. «Noto machismo en la música y, también , en que es alarmante que a esta edad todavía tengamos que estar enseñando a los niños de clase, que tienen doce años, que el feminismo defiende la igualdad y no la superioridad».