“La celebración de la Fiesta Sacramental de la Virgen del Carmen es un momento importante en la vida de parroquia”. Lo afirmó el párroco de San Cucao, José Julio Velasco durante la homilía de la misa de fiesta que ofició este mediodía el también Arcipreste de Siero y Vicario de la zona de centro de Asturias.
La iglesia se quedó pequeña para albergar a vecinos y muchos amigos que no quisieron faltar a esta celebración. La unión vecinal se palpó en el buen ambiente de la jornada y es que todos los colectivos que trabajan en beneficio de la parroquia estuvieron presentes en esta celebración.
Como novedad de este año, la organización propuso una ofrenda floral que realizaron representantes de cada uno de los ocho pueblos de componen la parroquia de San Cucufate, de catequistas, de la comisión de festejos y de los niños y niñas que hicieron la primera comunión.
Las encargados de entregar a la Virgen los centros de flores fueron Orfelita Mazuren, por el pueblo de Agüera; representando a Tuernes El Grande estuvo Conchita García; por Tuenes el Pequeñu lo entregó Remedios Menéndez; San Cucao estuvo representado por Gelinos de Toño; el centro floral de Villanueva lo entregó Pepita Piñón; representando a Piñera estuvo Carmina Alvarín; Raquel La Ribera fue quien hizo entrega de las flores en nombre de los vecinos de Baúro; y Guyame estuvo representada por Nievines de Xuan. La catequista Geles González entregó las flores en nombre de todas las encargadas de la Catequesis en la parroquia y Mayte Álvarez se encargó de las flores en representación de la Comisión de Festejos. Los niños Sara García y Germán Díaz fueron los representantes de los niños y niñas que este año tomaron la primera comunión en la parroquia.
“La ofrenda floral fue una idea de Pocholo”, destacó José Julio Velasco, una propuesta vistosa, original y valorada muy positivamente por los vecinos de la parroquia.
Durante la homilía Velasco afirmó que “la evidencia de la fe no es algo ocasional. Tampoco es un mero trámite. Es un compromiso que lleva a implicarse en la construcción de una sociedad mejor, más justa y fraterna”. El párroco aseguró que “somos valientes porque no es fácil vivir en cristiano”. “Tantas veces somos diana de dardos envenenados que no entienden nuestra manera de ser y estar en el mundo”, añadió el párroco quien aseguró que “nos toca nadar contra corriente y hoy hemos de ser valientes y no avergonzarnos de nuestra condición de creyentes”.
La misa fue cantada, por segundo año consecutivo, por el prestigioso coro Santiaguín, que ofreció después un concierto en el templo.