Usar la calefacción durante los fríos días de invierno, más que un lujo, es una necesidad, ya que es una manera efectiva de obtener una sensación térmica adecuada para enfrentar mejor las bajas temperaturas.
Sin embargo, por la crisis energética del continente europeo, muchas las familias buscan ahorrar un poco en luz, sin dejar de encender la calefacción. Por eso, una de las preguntas más frecuentes es a qué temperatura debe ajustarse el termostato y si eso hará frenar el aumento excesivo en el coste de la luz.
¿A qué temperatura debe estar la calefacción en invierno?
Con la llegada de los días fríos, podemos estar tentados a subir el termostato para conseguir un ambiente más cálido. No obstante, esto hará que se dispare el recibo de luz, que de por sí ya ha tenido un gran incremento en los últimos meses.
La temperatura de la calefacción en una casa va a depender de distintos factores como, si por ejemplo habitan niños o ancianos en ella, si tiene buen aislamiento, la zona en la que se encuentra, entre otros elementos a considerar, puesto que cada realidad es distinta.
Sin embargo, los expertos en consumo energético recomiendan que el termostato se ajuste a unos 20 °C a 21 °C. De esta manera, el ambiente no será frío y tampoco aumentará demasiado el consumo de energía.
Algunas consideraciones importantes que dan los expertos para ahorrar en calefacción
Contrario a lo que se piensa, subir y bajar la temperatura de la calefacción a cada rato, no hará que ahorres en luz. Por eso, lo ideal es dejar el aparato conectado a un temporizador que se encargue de ajustar el termostato.
Además, especialistas en el cuidado de la salud como, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dicen que la temperatura más apropiada para la calefacción es de unos 18 °C, pero también que eso tiene que ver con el estado de salud de los habitantes del hogar y con su edad.
Por ejemplo, los ancianos necesitan mayor cantidad de calor que, por ejemplo, una persona de unos 20 a 30 años. Lo que sí sugiere la OMS es que se mantengan las habitaciones en un rango que no baje de los 12° C ni que tampoco supere los 24°C.
Otras formas de ahorrar costes de energía usando la calefacción
Ajustar el termostato a la temperatura correcta es una buena alternativa para ahorrar en la factura de luz durante el invierno, pero no es la única opción. Existen otras maneras en que puedes minimizar los costes de luz, sin llegar a pasar frío. Entre ellas se incluyen:
- Revisa que los filtros de tu aparato de calefacción estén bien limpios.
- Cierra bien puertas y ventanas y verifica que no existan fugas de calor por las paredes o techos. En caso de que existan, sella muy bien las grietas por donde se pueda escapar la energía térmica.
- Usa ropa abrigada y coloca burletes en las puertas.
- Si tienes un calefactor en una habitación, puede ser posible calentar sólo esa habitación en lugar de calentar toda la casa. Es importante utilizar un termostato o un temporizador al hacer esto, ya que dejar un calefactor encendido durante mucho tiempo puede ser peligroso y provocar una intoxicación por monóxido de carbono. Para empezar, baje la calefacción cinco grados y coloque un termostato programable de bajo coste en la zona del piso principal de su casa. De este modo, no sólo ahorrará dinero en costes de calefacción, sino también en costes de refrigeración, ya que no será necesaria la refrigeración artificial, además de tener menos humedad que afecte a los muebles/mobiliario, lo que significa menos ácaros del polvo, lo que puede mejorar enormemente la salud respiratoria.
- Ajuste el termostato a la temperatura correcta. Si ajusta una temperatura demasiado alta o demasiado baja, desperdiciará dinero al calentar y enfriar aire adicional que no necesita calentar ni enfriar.
- Ajuste el termostato a la hora correcta del día. Si su casa está vacía durante ciertos periodos de la noche o de la mañana, apague su sistema en esos momentos en los que no se utilizaría de todos modos (por ejemplo: si no hay nadie en la cama).
- Compruebe que su termostato no ha sido golpeado o dañado para que no lea con exactitud la temperatura actual de su casa.
- También puede utilizar un termostato programable para ahorrar dinero en su factura energética. Estos dispositivos tienen la capacidad de controlar los sistemas de calefacción y refrigeración en función de la hora del día, por lo que puede ajustarlos en función de si está o no en casa durante el día y la noche. Por ejemplo, si está fuera durante el día pero vuelve a casa temprano por la noche, ajustar el termostato para que apague el sistema de calefacción mientras está fuera evitará que gaste energía cuando no la necesite.
- Incluso si no tiene un termostato programable, hay formas de minimizar la cantidad de energía que consume su sistema de calefacción. Una forma de hacerlo es tomar duchas más cortas y no dejar correr el agua del lavabo o la bañera mientras se lava las manos o se cepilla los dientes. Esto puede ahorrar hasta 50 galones al día.
Asimismo, aprovecha los días con suficiente sol y abre las cortinas para que la luz solar ayude un poco a calentar la casa. Si sigues estas simples recomendaciones, tendrás buena calefacción y cuidarás tu economía doméstica.
Puede ahorrar mucho dinero haciendo que su casa sea más eficiente desde el punto de vista energético. Es una inversión de futuro que se amortiza a largo plazo. Piense en lo que puede hacer para mejorar la eficiencia de su sistema de calefacción, ya sea actualizando los equipos antiguos o comprando otros nuevos que consuman menos energía. Estos cambios le permitirán ahorrar dinero ahora y más adelante, cuando los costes vuelvan a aumentar.