A raíz del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, son muchos los ucranianos que han tenido que huir a otros países buscando seguridad en su vida. España se encuentra entre los primeros puestos de países con más ucranianos viviendo ahí, específicamente en el quinto puesto, y aunque se sienten protegidos, su situación sigue siendo difícil.
Con eso nos referimos a una cruda realidad que viven estos refugiados en la zona de Asturias, puesto que muchos se enfrentan al problema de no lograr encontrar un trabajo estable.
Es muy complicado encontrar un puesto de trabajo y alojamiento
Muchos ucranianos comentan que es muy difícil, tanto en Asturias como en otros lugares de España, conseguir un buen alojamiento y con un precio accesible. Ellos han dicho textualmente “aquí es imposible encontrar casa”, aunque muchos cuentan con ayudas de parte del Ministerio de Inclusión, no a todos se les hace sencillo esto.
Conseguir un empleo muchas veces es improbable, y no depende de los estudios que puedan tener las personas con esta nacionalidad, sino de los permisos que establece la ley. Por ejemplo, tenemos el caso de Celina Nunga, que es una odontóloga que aunque tiene su título, no logra ejercer porque es necesario que tenga reconocimiento en España.
Mientras que, Oleh Stoliarenko, un ucraniano en Asturias, 3 meses después de haber llegado a la zona consiguió empleo en una cafetería donde todavía se mantiene.
El idioma como primer obstáculo
Este es un problema que afecta a la mayoría, incluso, de acuerdo a estudios que se han realizado, solamente 2 de cada 10 ucranianos en Asturias tienen trabajo. Para muchos la diferencia en el idioma es un obstáculo muy grande, ya que son muchos los empleos que exigen el idioma nacional como principal requisito para un puesto.
Por ejemplo, podemos mencionar el caso de un joven ucraniano que, junto a algunos amigos, tuvieron que quedarse en España después de un viaje antes de que comenzará el ataque en Ucrania. Todos ellos forman parte de un grupo entre todas las redes de acogida de exiliados que hay en la zona, que es la Cruz Roja.
Aunque esta red se encarga de darles alojamiento y alimento desde que están en Madrid, la red no les da nada de dinero o una mesada, y eso corre por cuenta de ellos. Este joven del principio cuenta que conseguir empleo para él ha sido difícil porque no sabe hablar el español.
También, conocemos el caso de una ucraniana, Cristina Posvaliuk, quien comenta que desde su llegada a Asturias ha dejado más de 20 hojas con su curriculum y en ninguno de esos empleos por los que ella ha aplicado, la han llamado, por los momentos solo cuenta con el trabajo de cuidar un niño y le pagan 5 euros cada hora.
Son tantas las dificultades que han tenido que pasar desde su llegada al país que ellos no ven la hora en la que puedan regresar a Ucrania sin ningún miedo. Mientras tanto, siguen manteniéndose en lo que pueden, haciendo por su cuenta oficios que saben hacer para ganar lo necesario para vivir.