Resolución Sahara occidental con motivo del 44.º aniversario de la fundación de la RASD.
Aprobada por unanimidad.
El pasado jueves 27 de febrero se cumplían 44 años desde que se fundara la RASD, coincidiendo con la salida del último soldado español de la antigua colonia.
Inmediatamente después, la aviación marroquí lanzó una fuerte ofensiva contra la población saharaui arrojando napalm y fósforo blanco y causando miles de muertos, mientras más de la mitad de su población huía a territorio argelino, donde encontró amparo y una protección que dura hasta hoy.
La población que quedó en el Sahara ocupado -mayoritariamente, mujeres, niños y ancianos- sufrió todo tipo de humillación, acoso, persecución, cárcel y muerte, privándoles de sus propiedades y derechos y obligados a ejercer las peores tareas propias de cualquier etapa colonial.
Los refugiados bajo el amparo del Frente Polisario comenzaron una larga lucha de liberación que concluiría quince años después, en 1991, cuando se firmó un plan de paz bajo los auspicios de la ONU y en el que las partes se comprometían en breve plazo de tiempo, entre otras cosas, a aceptar el resultado de un referéndum en el que el pueblo saharaui decidiría sobre su autodeterminación e independencia.
El dictamen del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya hecho público en octubre de 1975 se fundamenta en las resoluciones 1.541 y 2.625, y define el derecho de los pueblos a la libre determinación en función de la necesidad de respetar la voluntad libremente expresada por aquellos, lo que viene a suponer una norma de Derecho Internacional aplicable a la descolonización de todos los territorios no autónomos colocados bajo la supervisión de la ONU.
Aquellos acuerdos, a día de hoy, 29 años después de su firma, siguen sin llevarse a cabo por la intransigencia de Marruecos, la ambigüedad de las Naciones Unidas y la connivencia de una Europa preocupada más por sus intereses comerciales con la monarquía alauita que por defender los derechos del pueblo saharaui y con ello la legalidad internacional.
Nuestro país tiene una deuda histórica con el pueblo saharaui en la medida en que traicionó los acuerdos adquiridos ante la ONU de llevar ella misma a cabo un referéndum para el que elaboró un censo electoral, y ha sido incapaz de jugar un papel honoroso en el marco de las instituciones internacionales en favor de los derechos del pueblo saharaui en la línea del jugado por nuestra vecina Portugal en el caso de Timor Oriental y que fue decisivo para su independencia en el año 2002.
IU, como organización, al igual que lo es el PCE, siempre ha estado a favor del derecho a la autodeterminación e independencia del Sahara Occidental.
Su activismo en favor de esa causa le llevó a mantener lazos estrechos de amistad y cooperación con las autoridades saharauis y en particular con el Frente Polisario como legítimo representante de los intereses de su pueblo, y desde las instituciones ha propuesto y defendido resoluciones de apoyo, hermanamientos entre municipios, financiación de proyectos de cooperación, viajes institucionales, planes de acogida, etcétera.
En Asturias hemos sido militantes de esta organización adscritos al Área de Solidaridad quienes en el año 88 hemos fundado e impulsado la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, que se caracterizó por las largas campañas de cooperación que año tras año iban desde Asturias a los campamentos de refugiados, viajes organizados con la presencia de cargos institucionales, acogida de niños en los meses de verano, manifiestos de apoyo a la justa causa saharaui, movilizaciones, encierros, etcétera.
Hoy, tristemente y formando parte de una coalición de gobierno, desde el mismo, se olvida toda referencia a esta causa pendiente en este 44.º aniversario de la fundación de la RASD, y, peor aún, no se oyen voces disonantes cuando la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, desautoriza al secretario de Estado Nacho Álvarez por el hecho de entrevistarse con la ministra saharaui de Asuntos Sociales, Suilma Beiruk, después de que su homólogo marroquí le pidiera explicaciones.
Resulta cuando menos preocupante y, por tanto, inaceptable que un país extranjero trate de marcar la línea a seguir por el Gobierno de España del que formamos parte, en materia de política exterior o cualquier otra.
Sabemos de las presiones que históricamente ha ejercido Marruecos sobre nuestro país en este u otros temas utilizando la emigración, el comercio o Ceuta y Melilla como medidas de presión.
IU de Asturias, en honor a su trayectoria y a sus compromisos, manifiesta su total solidaridad con la causa del pueblo saharaui a la vez que pide un mayor compromiso a las instituciones asturianas y a la sociedad en general para redoblar esfuerzos en favor de los derechos que asisten al pueblo saharaui.
Viva el Sahara Libre.
Viva la amistad entre nuestros pueblos.
Referéndum ya.
Por Juan Luis Vallina Ariznavarreta
Exconcejal de IU en Llanera