Cuando llega el invierno surge una preocupación esencial entre las familias españolas: ¿cómo tener una buena calefacción, pero sin gastar tanto dinero? Además, lo más probable es que te provoque subir el termostato, pero no cometas ese error.
Los expertos en energía advierten que el uso de la calefacción aumenta hasta en un 20 % la factura de electricidad. Por eso, si quieres cuidar tu bolsillo, a continuación, te dejamos algunas recomendaciones simples, pero efectivas para que ahorres dinero este invierno, aunque uses tu calefacción eléctrica.
Baja el termostato
Esta es la principal recomendación que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) les advierte a los usuarios. De hecho, bajar el termostato es la forma más segura de ahorrar directamente en los costes de energía.
Sin embargo, no todas las personas cuentan con un termostato en sus calefactores, por lo tanto, es esencial que busquen un equipo con termostato programable para poder ajustar la temperatura a los grados adecuados.
En el mercado existen aparatos que tienen integrados termostatos inteligentes, los cuales se regulan o programan a través de aplicaciones móviles a distancia.
Además, lo ideal es ajustar la temperatura entre los 16 ° C a los 22 ° C durante el día y a unos 16 ° C a 19 ° C mientras duermes.
Usa la tecnología para activar tu calefacción
No hace falta que tengas la calefacción eléctrica encendida todo el día, ya que esto solo te dará más gastos.
Para resolver este inconveniente, puedes encender la calefacción de manera remota, usando alguna aplicación compatible. Por ejemplo, enciéndela una hora antes de que llegues a casa, para que el ambiente tenga una sensación térmica agradable.
Usa un buen aislamiento
Casi la mitad del calor de las habitaciones se escapa por las rendijas, huecos o por el mal aislamiento que tienen las paredes, techos y ventanas de tu hogar.
En consecuencia, es bueno que inviertas un poco en un buen aislamiento térmico, el cual será una de las mejores inversiones, puesto que el ahorro en energía bien merece la pena.
También, instala algunos burletes y usa cortinas y persianas que te ayuden a mantener el calor dentro de tu inmueble.
No te excedas con la ventilación de la casa
Aunque ventilar la casa es necesario durante el invierno, tampoco debes exceder el tiempo que tendrás las puertas y ventanas abiertas. De hecho, cuando la temperatura esté bajo cero, lo mejor es abrir las ventanas por un espacio corto de tiempo, de unos 15 minutos a media hora.
Ahora bien, si abres más tiempo de lo necesario las ventanas y puertas, lo más seguro es que el frío se cuele demasiado y te cueste mucho subir la temperatura en el interior de tu hogar.
No uses los radiadores para secar la ropa
Una costumbre habitual de muchas personas es usar el radiador para secar la ropa, por lo que ponen las prendas de vestir sobre las rejillas de salida del calor.
Esta es una mala práctica que le resta eficiencia a esos equipos y que va a disparar la factura de luz.
Cambia tu calefactor o radiador antiguo por uno ahorrador
Los equipos que son ahorradores tienen una clasificación energética B, A, A+, A++ o A+++. Esto ayuda a que la factura de electricidad baje hasta un 15 %. Sin embargo, los aparatos viejos no son eficientes y su clasificación va de la C hasta la D o E, lo cual significa que son grandes consumidores de electricidad.
Nuestro consejo es que inviertas en una calefacción más nueva y que cumpla con la clase de ahorro energético que te mencionamos.
Cierra las puertas de las habitaciones que no uses
Se trata de un consejo muy simple, pero a muchas personas se les dificulta seguir. Es decir, no hace falta que tengas abierta la puerta de una habitación que no estés usando mientras mantienes encendida la calefacción.
Trata de que tu aparato de calefacción trabaje con mayor eficiencia y úsalo en las habitaciones que estén habitadas. Así se aprovecha mejor el calor y ahorras dinero en energía.